No está claro si Bond o los titulares inventaron realmente algo o simplemente patentaron una de las muchas tablas parlantes para comunicarse con los espíritus que circulaban por Europa y Estados Unidos. En todo caso, Kennard creó la empresa para la fabricación del tablero y comenzó a vender las primeras tablas en 1890. Kennard inventó asimismo el nombre ouija, afirmando que era una palabra egipcia que significaba "mala suerte" (pero no es cierto). Afirmaba que su origen se remontaba hasta la época egipcia, aunque no presentó ninguna evidencia que probara lo que dijo. Posteriormente la patente fue vendida a William Fuld, antiguo empleado de Kennard, cuya compañía comercializó el juguete hasta que Parker Brothers adquirió los derechos en 1966. Fue Fuld quien afirmó que la palabra ouija era una mezcla de los vocablos oui y ja, que significan "sí" en francés y alemán respectivamente. Actualmente, otras empresas comercializan este tablero, que en inglés se llama witchboard (tablero de bruja)
Según sus partidarios, el tablero ouija tiene como objetivo el contacto de las personas que participan en el juego con supuestos espíritus, personas fallecidas, mascotas fallecidas, e incluso con seres extraterrestres.
Desde el punto de vista religioso la crítica apunta no a la falta de efectividad del tablero ouija sino precisamente a su efecto. Según algunas corrientes religiosas, jugar al tablero ouija equivale a dar paso a entidades sobrenaturales malignas del más allá, que pueden causar daño a los jugadores osea tener contactos con demonios.
La postura católica oficial es que más allá de los efectos peligrosos de esta y otras prácticas (espiritismo, adivinación, hechicería, y otros juegos), las mismas son contrarias al respeto que se debe tener a Dios porque encierran una voluntad de poder sobre el tiempo, la historia y, finalmente, los hombres, a la vez que un deseo de granjearse la protección de poderes ocultos (Catecismo de la Iglesia Católica, 2116).
La postura católica oficial es que más allá de los efectos peligrosos de esta y otras prácticas (espiritismo, adivinación, hechicería, y otros juegos), las mismas son contrarias al respeto que se debe tener a Dios porque encierran una voluntad de poder sobre el tiempo, la historia y, finalmente, los hombres, a la vez que un deseo de granjearse la protección de poderes ocultos (Catecismo de la Iglesia Católica, 2116).
Un caso muy famoso de personas que jugaron la ouija, es el chico del que se baso la peliculas de "el exorcista" ya que su abuela le había enseñado a jugar.
Mi recomendación es que tengan cuidado con lo que van hacer, pueden salir muy lastimados si hacen algo imprudente.
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